Según ha publicado el Instituto Nacional de Estadística, el Indice General de Precios al Consumo, conocido como IPC ha subido en el mes de octubre hasta el 5,4%, lo cual implica que los contratos de alquiler que se actualicen conforme al IPC, que es lo más habitual, pueden sufrir un aumento de renta considerable.
Para saber a qué contratos de alquiler afecta, hay que tener en cuenta la fecha del contrato y lo que se haya regulado en el mismo, pues la Ley de Arrendamientos Urbanos, en su redacción vigente, establece que la renta se actualizará conforme al mecanismo expresamente acordado por las partes.
Lo más frecuente en los contratos de arrendamiento es incluir una cláusula en la que se establezca que la renta se actualizará anualmente tomando como referencia la variación del IPC en un período de doce meses inmediatamente anteriores a la fecha de cada actualización.
Si no se incluye ninguna cláusula de actualización en el contrato, no se podrá actualizar la renta; y si se establece únicamente que se actualizará sin hacer referencia al IPC u a otro mecanismo de actualización, se hará por referencia al Indice de Garantía de Competitividad a fecha de cada actualización, lo cual suele ser perjudicial para el arrendador, de ahí que sea muy importante repasar muy bien todas las cláusulas del contrato en el momento de su firma.
En cuanto a la fecha del contrato, es importante porque la actualización de la renta puede realizarse en la fecha en que se cumple cada año de vigencia, es decir, si el contrato se realizó en el mes de noviembre, noviembre será el mes en el que se debe actualizar la renta y no a principios de año como tienden a hacer muchos arrendadores.
Para que el arrendador pueda exigir la renta actualizada es necesario que se la notifique al arrendatario por escrito, expresando el porcentaje de variación aplicado y acompañando, si el arrendatario lo exigiera, la certificación del Instituto Nacional de Estadística, bastando que la notificación sea efectuada por nota en el recibo de la mensualidad del pago procedente.
Por tanto, establecer una cláusula de actualización de la renta en el contrato es la forma de conseguir que las rentas se vayan modificando de acuerdo con el IPC y se consiga un equilibrio entre arrendadores y arrendatarios.