Ayer publicaba la Voz de Galicia la noticia de un propietario que se ve obligado a pagar 227 € que sus okupas gastan en luz, y ello como consecuencia del contrato de arrendamiento que realizó con un supuesto profesional desplazado a una fábrica de primer nivel de Galicia, que utilizó un D.N.I. y presentó unas nóminas que resultaron ser falsas, y que posteriormente cedió la vivienda a una familia totalmente desconocida para el propietario, que ahora la ocupa sin pagar la renta ni los suministros de la vivienda, viéndose obligado el propietario a pagarle los recibos de luz a pesar de no percibir las rentas.
Tristemente esta es una noticia que se repite mucho últimamente debido a la crisis, y que pone de manifiesto la importancia que tiene la realización de un buen contrato de arrendamiento.
Alquilar un inmueble siempre supone un riesgo, siendo uno de los mayores miedos de los propietarios enfrentarse a una situación de impago de las rentas, sin olvidar los posibles desperfectos que los arrendatarios puedan causar en la vivienda, por eso uno de los pasos más difíciles a la hora de alquilar es encontrar un buen arrendatario, que será aquel que pague de forma puntual la renta y demás gastos, que cuide la vivienda como si fuera suya y no cause problemas con el vecindario.
La única forma de que pueda pagar la renta es que se trate de una persona solvente, por eso es fundamental comprobar la solvencia, para ello los criterios más habituales son:
– comprobar el nivel de ingresos, con la presentación del contrato de trabajo y varias nóminas o las declaraciones del IRPF y del IVA en caso de autónomo – su estabilidad laboral, no es lo mismo alquilar a una persona que lleva varios años en la empresa que a una que acaba de ser contratada.
Si la persona no da suficientes pruebas de solvencia, es aconsejable exigir garantías adicionales, además del mes de fianza, como puede ser un aval bancario o un depósito o garantía adicional, si bien esta posibilidad está limitada a dos mensualidades, lo cual puede resultar claramente insuficiente en caso de impago o de desperfectos en la vivienda.
Por eso, una alternativa habitual es solicitar al arrendatario que presente a una persona de confianza y solvente para que sea su fiador o avalista, lo cual implica que esa persona estará obligada a pagar o cumplir todas las obligaciones económicas del contrato en caso de incumplimiento del arrendatario, siendo importante que firme el contrato como fiador solidario para que el arrendador pueda reclamar a ambos las deudas pendientes conjuntamente.
Por tanto, aunque realizar un contrato de arrendamiento pueda parecer una operación sencilla, es importante seguir algunos pasos imprescindibles como son la correcta identificación del arrendatario, exigiéndole que presente el documento de identidad original para que no ocurra como en el caso de la noticia del periódico y comprobando su solvencia, pues aunque no es posible asegurar por completo que la relación con el inquilino vaya a estar exenta de problemas, se pueden evitar ciertos riesgos.
Es recomendable contar con un asesoramiento profesional a la hora de celebrar el contrato, pues al tener un arrendamiento muchas implicaciones distintas, es importante detallar todos los pactos y a pesar de que la Ley obliga en determinados aspectos, todavía hay muchas cuestiones que se pueden regular, y que contribuirá a que todo vaya bien para ambas partes.